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¿En Orygen Experiencies, por qué celebramos San Valentín?

El Día de los Enamorados está vinculado a la fertilidad y la vida. San Valentín es la fecha del amor desde hace siglos. Descubre su origen con Orygen Experiencie.

valentine

Una evolución de las lupercales

Las lupercales (lupercalia en latín origina) eran unas fiestas paganas que se celebraba en la antigua Roma. Se trataba de ritos de fecundidad en los que participaban los adolescentes de las clases pudientes y en las que se comportaban, literalmente, como animales: el propio nombre de las fiestas proviene de las palabras latinas “lobo” (lupus) y “macho cabrío” (hircus). Con ritos que hacían referencia a las pasiones más bajas y a los instintos más primarios se promovía la fertilidad. Eso creían en Roma. Llega el año 496 de nuestra era y el papa Gelasio I aprovecha la instauración de la festividad de San Valentín en 14 de febrero para prohibir las lupercales (que, como ya podéis imaginar, no estaban muy bien vistas por la iglesia católica). Esta coincidencia es importante por la historia que hay detrás del santo. Veamos.

En Orygen Experiencie te contamos La historia de San Valentín

Cuenta la tradición (seguimos en Roma) que en 270 el emperador Claudio II promulgó una ley que prohibía a los legionarios contraer matrimonio. Se había dado cuenta que los soldados solteros eran más aguerridos y que su falta de vínculos familiares los hacía más bravos. Un tal Valentinus, médico de profesión convertido en sacerdote, no sólo desobedeció al emperador sino que además casaba a los legionarios en secreto siguiendo el rito cristiano. Al enterarse de su atrevimiento, Claudio II le hizo llamar, y aunque Valentinus pudo exponer sus razones ante el mandatario (e incluso consiguió captar su interés), el resultado final de la historia fue que acabó decapitado. La fecha de su decapitación, por si no la habéis acertado, el 14 de febrero. La que la iglesia católica se consagró a su santo.

Primeras manifestaciones de la mano de Orygen Experiencie

La primera referencia al “Día de los enamorados”, sin embargo, tardaría en llegar. La encontramos en el poema El Parlamento de las aves de 1382 firmado por el poeta inglés, Geoffrey Chaucer, autor de los famosos Cuentos de Canterbury. En él se establece del día de San Valentín como fecha de los enamorados. “Pues esto fue en San Valentín / Cuando las aves escogen su pareja”. El poema es una reflexión sobre el amor que se muestra gracias a un sueño del autor y que recoge una tradición nórdica en la, efectivamente, las aves escogen la fecha de San Valentín para aparearse. En España seguimos llamando “tortolitos” a las parejas, así que muy desencaminada no parece esta teoría.

Desde la Edad Media hasta hoy

Y parece que el poema de Chaucer fue un hit de tal calibre que a partir de entonces, la relación entre el 14 de febrero y los enamorados se fue forjando como indisoluble. Las primeras celebraciones las organizó Carlos VI de Francia casi veinte años después. No fue nada original. Se trataba de un torneo donde los contendientes luchaban para conseguir doncella. Era habitual en la época, pero Carlos VI lo estableció precisamente en 14 de febrero. Y casi un siglo después, Carlos de Orleans, preso en la Torre de Londres, decidió escribir a su esposa la primera carta de San Valentín de la historia.

Entre una cosa y la otra, a mediados del siglo XV ya tenemos la fecha del 14 de febrero establecida en media Europa como el día en que los enamorados se escribían cartas y poemas de amor. Y a principio del siglo XIX, la tradición es tan intensa (tanto como la pereza de los enamorados) que ya encontramos pequeñas empresas dedicadas a imprimir cartas con mensajes de amor genéricos e impersonales. A principios del siglo XX, la industrialización masifica estos regalos y los populariza. ¿No crees que valdría la pena volver a hacer regalos personales y únicos?

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