Existen muchas historias acerca del origen de San Valentín pero sus verdaderos inicios se encuentran en la época de la Antigua Roma.
En este periodo se celebraban las lupercales, unas fiestas paganas que promovían la fertilidad a través de ritos de fecundidad en los que participaban los adolescentes de las clases pudientes.
Años después, concretamente el año 496 de nuestra era el papa Gelasio I aprovecha la instauración de la festividad de San Valentín en 14 de febrero para prohibir las lupercales ya que no estaban muy bien vistas por la iglesia católica.
Siglos después, esta festividad fue propagándose de pueblo en pueblo, adoptando peculiaridades, pero siempre con un mismo objetivo, encontrar el amor.
En Inglaterra, a principios del siglo XVIII existía en una costumbre muy popular en la víspera de San Valentín: las mujeres humedecían con agua de rosas cinco hojas de laurel y las sujetaban en la almohada con un alfiler. Antes de irse a dormir, las mujeres recitaban la siguiente oración, “Oh, Valentín, se bueno y déjame ver a mi verdadero amor en sueños”. Si este sortilegio daba resultado, la mujer podía ver en sus sueños a su futuro esposo.
Esta festividad también se empezó a celebrar en España cuando el avispado José Fernández, fundador de Galerías Preciados, trajo la tradición anglosajona de regalar flores, regalos o dulces a la persona amada.
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¡Feliz Día de San Valentín!